25 septiembre 2011

Reflexión al Evangelio del 25 septiembre: “Sí” que es “no” y “no” que es “sí”




¡Cuántos “sí” de nuestra vida que, a la hora de la verdad, terminan siendo un “no”!
¡Y cuántos “no” que terminan siendo un “sí”!Un “sí” que parece y, hasta diríamos es sincero cuando lo decimos, pero que luego el tiempo lo va desgastando y termina en “no”.- Estoy pensando en mi propia historia. El año 1942 ingresamos al Seminario 68 jóvenes que nos sentíamos llamados. Y los 68 dijimos que sí. Luego, con el correr de los días, meses y años, la cifra fue bajando. En 1947 ya éramos 29 los que ingresamos al Noviciado. En 1948, hacíamos la Profesión, todos ilusionados con el Señor, ya 25 porque cuatro se bajaron del tren. En 1954 nos ordenábamos como sacerdotes dieciséis. De aquel primer “sí” de 1942, sólo estábamos en camino y llegábamos a la meta del sacerdocio, dieciséis. En el camino muchas ilusiones y esperanzas se fueron marchitando o simplemente clarificando vocacionalmente.- Estoy pensando en los bautizos que hacemos en la Parroquia mensualmente.¡Cuántas Primeras Comuniones! ¡Cuántas Confirmaciones!Y luego miro al camino de la vida en la Iglesia y me pregunto, ¿cuántos de aquellos bautizados, que hicieron la Primera Comunión o se confirmaron, siguen hoy viviendo con gozo y con alegría su fe?Y sin pretenderlo, me viene a la memoria aquel chiste del cómico Garisa que, no por ser un chiste, deja de tener su miga de realidad. “Tuve un amigo muy católico. En su vida fue tres veces a la Iglesia. La primera le echaron agua. La segunda, le echaron arroz. La tercera le echaron tierra. Me dijeron que no volvió más”. Bautismo, matrimonio y sepultura. Puede ser una santa exageración chistosa. Pero no deja de ser la realidad de muchos bautizados. Sigue leyendo...