MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos cordialmente bienvenidos a la Eucaristía. Los textos de este domingo 25 del Tiempo Ordinario nos van a avisar sobre el poder del dinero, sobre su capacidad de ser corruptor de todo y todos. Y esto hemos de tenerlo en cuenta. Jesús además, siempre atento a la realidad que le circundaba va a hablar de la sagacidad de un administrador injusto con palabras que, sin duda, nos van a sorprender. Tienen mucho de paradoja pero también de acicate para que pensemos y descubramos la verdad. Y, sobre todo las enseñanzas de Jesús nos ayudan a no se esclavos del dinero y de su poder… Sigamos a Jesús en sus enseñanzas y seremos más felices. ¡Seguro!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- Nuestra primera lectura de hoy pertenece al capítulo octavo del Libro del profeta Amós. Y presenta un duro alegato contra los estafadores de su tiempo que arruinaban y engañaban a los pobres. Hoy –en esta época—también hay muchas gentes que estafan y compran a la gente por sólo unas monedas.
S.- El Salmo 112, en tiempos de Jesús, formaba parte del ritual de la Pascua, junto con los cinco salmos siguientes. En este salmo 112 comunica además el sentido de la justicia de Dios que ensalza y ayuda al pobre, frente a la opresión de los ricos y los poderosos. También, asimismo, su contenido es muy válido para esta época de abusos y engaños.
2.- Es de la primera Carta Timoteo la segunda lectura de hoy. En ella Pablo de Tarso pide oraciones por todos. Y ha sido la base en la que se inspiran las preces –la oración de los fieles—de todas las misas. Se trata de rezar por todos para que podamos vivir unos tiempos tranquilos. Eso lo deseaba San Pablo en sus días y también lo deseamos nosotros, aquí y ahora.
3.- El Evangelio de San Lucas que se va a proclamar hoy es verdaderamente sorprendente. Jesús parece aplaudir el ingenio de un administrador infiel que sabe evitar el castigo de su amo mediante un amplio ejercicio de ingenio. Pero el trasfondo será idéntico al de otros fragmentos de los Evangelios, en los que Jesús de Nazaret siempre nos dice los mismo: “no podemos servir a Dios y al dinero”. El dinero se erige en Dios y nos esclaviza.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Un día más, el Padre Leoz nos ofrece su especial plegaria para este final sosegado de nuestra Eucaristía. Escuchemos
HAZME, SEÑOR, PRUDENTE
Que no te busque por interés
Que no te quiera porque me esperas
Que no te amé porque es mucho lo que me aguarda
Hazme, señor, prudente
Para que te busque porque eres lo mejor
Para que te quiera porque siempre esperas
Para que te amé, porque, Tú antes, me amas
Amén
Exhortación de despedida
La avaricia ha sido la causante de esta crisis que sufrimos. Hemos de tener nuestra distancia con el dinero y no convertirnos en sus esclavos. El dinero es necesario pero no adorarle como si fuera un dios poderoso, un ídolo.
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