MONICIÓN DE ENTRADA
Os deseamos nuestra más fraternal bienvenida a la Eucaristía en un día muy especial. Celebra la Iglesia el DOMUND, la Jornada Mundial por la Evangelización de los Pueblos. Toda la cristiandad se afana en este día en rezar y obtener recursos para ayudar a los pueblos más pobres y llevarles, asimismo, la fe de Cristo. Y litúrgicamente presentamos el Domingo 30 del Tiempo Ordinario. En el Evangelio de San Lucas, Jesús de Nazaret nos explica la diferencia entre la oración del fariseo, soberbia y fatua; y la del publicano arrepentido, plegaria humilde y realizada desde un corazón contrito. La evangelización y la oración humilde son, sin duda, han de ser dos grandes temas para nuestra meditación de hoy.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura de hoy procede del Libro del Eclesiástico. Y nos narra como Dios escucha las súplicas del pobre y del oprimido. Dice muy gráficamente el texto que “los gritos del pobre atraviesan las nubes hasta alcanzar a Dios. Y este fragmento nos va a recordar claramente lo que, después, nos contará el evangelio.
S.- El salmo 33 es uno de los más bellos y emocionantes del Salterio. Prueba que Dios se ocupa de sus criaturas y que atiende a los hijos que gritan cuando se sienten afligidos. Hoy recitamos aquí unos pocos versos del salmo 33. Os recomendamos, muy sinceramente, que lo leáis íntegro, en cuanto os sea posible. En casa, tal vez, en la quietud de un momento de oración dirigida al Señor.
2.- Completamos hoy las lecturas que durante domingos sucesivos hemos hecho de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo. De ahí han procedido nuestras segundas lecturas durante semanas. En esta de hoy, Pablo de Tarso se despide de Timoteo… y de la vida, ya que pronto iba a ser martirizado. Él ha recorrido el camino indicado por el Señor. ¿Y nosotros? ¿Lo hemos hecho?
3.- El evangelio de Lucas nos narra la parábola del Señor sobre el fariseo y el publicano que subieron a rezar al templo, tal como ya hemos dicho en nuestro saludo de entrada. Conviene que dediquemos tiempo a la meditación de esta parábola, para que nos demos cuenta si nuestra oración –nuestro cristianismo—está más cercano a la oración del fariseo que a la súplica del publicano. Jesús, como siempre, cuenta esa parábola para la gente de hoy. Es una advertencia a nosotros mismos, aquí y ahora.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Ofrecemos una nueva oración del Padre Leoz para estos momentos de paz y quietud al final de nuestra Eucaristía.
YO, SI SOY ASI, SEÑOR
Quiero adorarte, y me cuesta ponerme de rodillas
Quiero guardar silencio,
y no sé vivir sin el ruido
Quiero hablar con tu lenguaje, y sólo
utilizo el diccionario que me ofrece el mundo
Quiero buscar tus huellas,
y voy detrás de aquellas que conducen a la fama.
PORQUE, YO SI QUE SOY ASI, SEÑOR,
Dame humildad para reconocer mis fallos
Fortaleza para hacerles frente
Gratitud para agradecerte lo mucho
que Tú haces por mí
Oración para mirarte y nunca ofender a los demás
Espíritu para dejarme moldear por tu Palabra
Amén.
Exhortación de despedida
La humildad, la mansedumbre, el servicio y la entrega a los demás es lo que tienen que hacer un auténtico seguidor de Jesús de Nazaret. Y hoy nos los ha dejado muy claro en la parábola de la oración en el templo. Tambien la celebracion del DOMUND es un acto de entrega por nuestra parte para que muchos de nuestros hermanos puedan escuchar el mensaje de Cristo...
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